miércoles, 19 de mayo de 2010

Avanzando poquito a poco...

Quilla ya está má tranquilita. Ahora ya se deja acariciar cuando está adormilada y ronronea como... como... bueno, como una gatita.

Ya las tenemos sueltas por la casa y se nota que estaban hartas de estar en una habitación. Andan como locas todo el día, hiperactivas, saltando, trepando, jugando, pegándose... increíble la vitalidad que tienen.

Menos mal que han cogido horarios humanos y durante la noche paran un poco, espero que sigan así, porque las carreras que se echan desde el salón a su habitación suenan como un hipódromo.

Ayer estábamos viendo la tele, tumbados en el sofá y Arsa se colocó en el respaldom en alto. Y Quilla, la que más bufaba... vino tranquilamente y se acurrucó a mis piernas. Se estaba quedando dormida y yo no me atrevía ni a respirar, para que se quedara un ratito. Hasta que Arsa dijo "hasta aquí aguanto quieta" y vino a atacar mis pies. Me lanzaba mordiscos, arañazos, muy flojitos, pero claro... ¡me hacía cosquillas! Así que de tanto moverme, Quilla dijo "¡Aquí no hay quién duerma!" y se marchó, momento que aprovechó Arsa para atacarla.

En fin, que vamos avanzando poco a poco. Se dejan tocar más, bufan menos (aunque de vez en cuando todavía nos recuerdan que se están acotumbrando a nosotros), a veces vienen a recibirnos cuando llegamos a casa (nos miran desde lejos, pero vienen a ver) y por las mañanas nos siguen por toda la casa hasta que nos vamos y, normalmente, me dejan despedirlas con alguna caricia y su correspondiente ronroneo.

Mañana voy a subir un vídeo para que veáis lo terremotos que son cuando se ponen brutas jugando.

martes, 18 de mayo de 2010

Curro ya no está...

El viernes llevamos a Curro a Susana, la chica que había venido a verlo. Engañamos un poco a Curro para que se metiera en el transportín y lo sacamos de la habitación.

Mientras cogíamos el abrigo, empezó a maullar, llamando a sus hermanas. Desde la habitación, las dos gatitas le llamaban a él. Nos dio una pena tremenda, era una lastimita tener que separarlos.

En el coche, muy nervioso y asustado, cada vez que intentaba acercarme o decirle algo para que se tranquilizara, prácticamente se tiraba a por mí.

Por fin llegamos y Susana se metió en el cuarto de baño, donde lo va a tener mientras su gato (Chuky) y Curro se van conociendo. Nos dijo que salió sin problemas del transportín.

Entré a despedirme de él y me soltó un último bufido, como diciendo "Adiós, abandona gatos"...

Nos quedamos un poco tristones, pensando en Currillo solo, sin sus hermanas... Y en las hermanas. ¿Echarían de menos a Curro?

Pues no, Arsa y Quilla no le echan mucho de menos... O lo disimulan estupendamente. Cuando llegamos a casa, estaban jugando tan tranquilas.

Al día siguiente, Susana nos mandó un email contándonos que Curro muy bien, que salía y que jugaba con su gato (ya le tenía frito). Así que final feliz...

Se notaba que con Susana va a estar estupendamente y muy mimado, así que dentro de la pena que da, nos alegramos un montón.

¡Hasta la vista, Curro!

martes, 11 de mayo de 2010

Vienen a ver a Curro

Esta tarde vienen a ver a Currillo. Es una chica que nos manda Madrid Felina.

Me da mucha penilla y al mismo tiempo un poco de miedo. Espero que se porte bien y no haga ninguna trastada, porque es el más tímido y asustadizo de los tres, con diferencia.

Todavía se asusta mucho cuando nos ve y apenas se deja tocar.

Aunque luego, cosa rara, es el único que se ha quedado dormido en brazos, señal de que tampoco está muy mal.

Currillo, guapo... ¿conocerás esta tarde a tu futura mamá?


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Los primeros ronroneos

¡Por fin un signo de avances claros!

Todo ha empezado un día que he entrado a la habitación donde duermen las fieras corrupias y me las he encontrado en su sitio favorito, ¡encima de una tabla de planchar!
Aquí los tenéis, totalmente "empanados!


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Me acerqué despacio y me puse a acariciar a Arsa, la más tranquilita (estos días). Al poquito, empezó a ronronear, cada vez más fuerte. Sus hermanos la miraban e, incluso, se asustaron un poco y se fueron.

Pero ahí quedaba eso. Después de eso, Arsa ha mejorado mucho, muchísimo, es la que menos miedo tiene, con diferencia.

Otro día, en situación parecida, conseguí que los tres ronronearan ante mis caricias, aunque se levantaron y se fueron a esconderse al transportín (mientras seguían ronroneando).

Arsa cada vez está mejor. Se asusta cada vez menos, ronronea incluso cuando le doy un poquito de pollo asado e, incluso, se la llevé a Rocío a la cama y... ¡se quedó ronroneando!

Sospecho que va a ser un bichillo muuuuuuy cariñoso.

Una foto de la niña... ¿No es para comérsela?


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miércoles, 5 de mayo de 2010

El plan "B"

Nuevo cambio de planes.

Hemos visto que a los gatos no les mola naaaaaaaaada que les cojamos. Nos parecía forzar mucho la situación. Así que jugamos con ellos y les acariciamos, pero sin cogerlos.

Y mejor, mucho mejor. Se acercan más, nos tienen menos miedo, ya casi no hay bufidos ni "espantás". Así que, al menos por ahora, nos olvidamos de cogerlos en brazos. Ya llegará el momento.

Además, hemos descubierto otra técnica para que se acerquen: el hambre. Les dejamos con poquito pienso (tampoco hay que dejarlos muertos de hambre) y cuando entramos, llevamos una bolitas en la mano. En unos segundos, los tenemos comiendo de la palma de la mano y dejándose tocar sin problemas.

Otra cosa que nos han enseñado es que hay ratos en que es mejor dejarlos tranquilos. Cuando los encontramos dando botes, jugando como locos, saltando como una cabra... Es inútil intentar nada. Mejor que se cansen primero, porque en esos momentos están asilvestrados completamente.

Y ya que estamos, os cuento algunas anécdotas.

En la habitación tenemos un tendedero y una tabla de planchar. Pues les encanta trepar por el tendedero y ponerse los tres, como tres pollos, en la tabla. Ahí los encontramos dormidos la mayoría de los días.

Ayer, mientras les limpiaba la tierra (no os imagináis lo que cagan tres gatos pequeños...), Quilla se salió del cuarto y se vino al baño. Estaba algo mosqueada, pero en general iba de "expedición" bastante tranquila. Es la más tranquila de los tres con diferencia.

Mañana pondré alguna foto de cómo se quedan dormidos encima de la tabla de planchar, porque están geniales.

martes, 4 de mayo de 2010

Estrellas del cine

Ayer seguimos con el proceso de socialización de las fieras corrupias. Por la tarde no tenían muy buen día, estaban los tres muy alterados, nervioso, bufando como nunca. Así que los cogimos muy poco tiempo y decidimos irnos, para ver si se tranquilizaban.

Grabamos unos vídeos muy graciosos donde podéis vernos "capturando" a los animalillos... Y se ve bien cómo nos torean.












Ya veis que, en el fondo, nos lo pasamos bien con ellos.

Por la noche fue totalmente diferente. Entré en la habitación y estaban los tres encima de la tabla de planchar, como tres gallinas, medio dormidos. Me acerqué despacio y me puse a acariciarlos. Ni un bufido, ni una pega... ¡¡Tres buenazos!!

Incluso Curro, que es el más asustadizo, se dejó tocar sin problemas, acariciar... No quise cogerlos, porque estaban los tres muy agustito...

¡¡Qué bien!!

No me hago ilusiones, seguro que hoy están como cabras... Pero eso forma parte del encanto de los gatos, ¿no?

lunes, 3 de mayo de 2010

¿Quién enseña a quién?

El domingo por la mañana nos levantamos pensando en los tres tigres que hemos dejado en la habitación. Hemos cometido un error de novatos cuando los dejamos libres por el salón, pensando que eso era mejor que dejarlos encerrados en una habitación.

Entramos en el cuarto y, bueno, aunque obtenemos unos cuantos bufidos, con un poco de pavo y unos juguetes, van saliendo. Cogen confianza y juegan por el cuarto, dejándose tocar alguna que otra vez.

Con una toalla, los cogemos y se dejan acariciar un buen rato. ¡¡Esto marcha!!

¡Ya les hemos pillado el truco!

Fase I, juguete o pavo:





Fase II, ¡te pillé!




Fase III, ¡Mimos!





Entramos varias veces a la habitación, a lo largo del día, y cada vez va mejor. Ya apenas tienen miedo de nosotros, casi no se esconden cuando entramos, juegan, comen. Arsa incluso me pasa "por encima" al ir a coger un juguete.

¡¡Por fin parece que avanzamos en su socialización!!

Os pongo unas fotitos para que veáis lo bien que están:












¡Qué ganas de llegar a casa y ponerme a jugar con mis enanos!

¿Dónde están los gatitos?

Dejarlos en el salón ha sido un error.

Se han pasado la noche mordiendo cables, saltando por el salón, tirando cosas... Me he levantado un par de veces para intentar cogerlos, pero unos tremendos bufidos me han hecho desistir.

Me levanto por la mañana, preguntándome si no hubiera sido mejor adoptar tres tortugas. El salón parece el Vietnam. Miro debajo de cada mueble, del sofá... Ni rastro de los gatos. De ninguno. Ventanas cerradas, así que descarto el suicidio.

Por alguna parte del salón deben de estar. Busco, busco y... Bueno... ¿A que esto parece una estantería de DVD's?




Pues no... ¡¡Es un buen escondite!!






Vale, Curro localizado. Ahora quedan Arsa y Quilla. No aparece por ninguna parte. Miro por cada hueco, pero no hay manera.

Al final, escucho un maullido que viene de dentro del sofá...


Ya pero... ¿Dónde están? Miro por debajo, por los lados... hasta que se me ocurre levantar el respaldo:




¡Cabritas! Lo que me ha costado encontrarlas.

Intentamos cogerlos, pero es prácticamente imposible. Los bufidos y mordiscos son terribles. ¡Están completamente salvajes! Mucho peor que ayer. Durante un momento, Quilla sale al sol y se coloca sobre el brazo del sofá. Es un momento mágico...





Durante el resto del día, ni aparecen, es inútil intentar cogerlos, no salen ni a comer. Una llamada de Susana nos termina de convencer de que así no hay manera.

Hay que tomar una decisión y cambiar de estrategia, de lo contrario, nunca se van a socializar. Siguiendo las instrucciones de Susana, vaciamos una habitación y llevamos todos los trastos de los gatos, transportín incluído.

Luchamos con ellos y con unos buenos mordiscos y arañazos, los metemos dentro
Los dejamos tranquilos para que pasen el trauma y nos vamos de casa, para que no escuchen ruidos y salgan a explorar su nueva habitación

Fiesta en casa

Llega el viernes y por fin vamos al veterinario. Llegan María y Susana, de Madrid Felina, con los tres. ¡Qué bonitos son!

El vete les da los pinchazos, hace los test y... ¡bien! Están los tres sanos. Ya hay alguna muestra de carácter. En general son buenos, aunque Quilla (la blanca y negra), me da un buen mordisco.

Firmamos todo, nos dan las últimas instrucciones y... ¡a casa!

He preparado el salón para su llegada. He puesto mosquitera en el balcón y he puesto en alto todo lo "destruible". Así que cerramos puertas y abrimos el transportín. Bufidos, muuuuchos bufidos, uñas fuera... Los dejamos tranquilitos, nos sentamos en el sofá y a esperar.

Poco a poco asoma una pata, unos ojillos. Es muy, muy emocionante. Quilla es la primera en salir. Le sigue Arsa (la negrita) y Curro tarda un poco más. Orejas atrás, arrastrándose, olisqueando todo. Es muy, muy emocionante verlos salir poco a poco. ¡Bienvenidos a casa!

Quilla y Curro, dando sus primeros paseos.



Jugamos un poco con ellos y es la hora de cogerlos. ¡Buf! No es fácil, ¿eh?
Tengo que ponerme los guantes de la moto y aún así, me llevo unos buenos mordiscos. ¡Cómo bufan!

Parece mentira que un bicho de medio kilo sea capaz de ponerte firme. Pero con un poco de maña, vamos cogiéndolos. Aquí está Arsa en mis brazos:





Y una vez que está bien "sobada", se la paso a Rocío. Vamos cogiendo todos, de uno en uno. Nos los pasamos...

Al final, vencidos por el sueño, nos vamos a la cama. Se nos olvida cerrar una puerta y se nos cuelan Arsa y Quilla debajo de la cama... Bueno, ya saldrán...

¡Hasta mañana, fieras!





Los sinnombre

Mientras esperamos a que llegue el viernes, vamos preparando todo. Comedero, pienso, bandeja para la arena, juguetes, rascador... Todo eso es fácil, basta con informarse un poco.

Pero... ¿Y los nombres? ¡Buf! Ese es otro tema. Tenemos que pensar tres nombres de gato, dos de hembra y uno de macho. Parece fácil, pero no, no lo es.

Le estamos dando vueltas al tema y nos acordamos de los nombres que les ha puesto la persona que los tiene en acogida. Ha utilizado nombres de lácteos: Quilla, Quesi, Kafi...

Escucho a Rodía, que es de Huelva, decir "Quillo... ¡qué difisir pensar treh nombreh". Y se me enciende la lámpara. Quillo... Quilla... ¡Los nombres tienen que ser expresiones andaluzas!

Así que Quilla se queda igual, con su nombre... sólo que ya no es de mantequilla. Para la otra hembra, pensamos primero en "Peluha", pero no nos convence... Surge de repente "Arsa". ¡Ese sí! Queda muy gracioso "Quilla, Arsa".

Nos queda el macho. Pensamos en nombres andaluces y nos sale "Arriquitaun". Quilla, Arsa y Arriquitaun. Peron no... no nos convence y queda muy largo. Hay que pensar un nombre. Intentamos cambiar de comunidad y pasamos a Madrid, pero no soy capaz de pensar un nombre gracioso para gato y que tenga que ver con madrid (y mira que nos llaman gatos...)

Al final, no sé cómo, sale Curro. Quilla, Arsa y Curro. ¡Mooooooolan!

Bueno, pues ya tienen nombre. Ahora, a esperar al viernes.

¿De dónde vienen los gatos?

Siempre he sido muy animalero. Los bichillos me han gustado toda la vida. He tenido hámster, tortuga, perros, gatos, pájaros... Algunos se fueron por muerte natural, de otros me he tenido que desprender por circunstancias de la vida.

Por eso ahora que vuelvo a tener una vida "estable" y que, por fin, tengo mi casa, me planteaba seriamente volver a tener algún animalito. Descarté un perro por mis horarios. Me da mucha pena tener un perrillo al que apenas puedo sacar un rato al día y dejarlo solo encerrado en casa.

Al final, el hecho de que mi novia se viniera a vivir conmigo y de que a ella le gustaran los gatos, me hizo decidirme por un minino.

Lo primero que intenté fue darle una sorpresa a ella. Hablando de gatos, me puse muy serio y dije "No me gustan los gatos, en mi casa no entra un gato". La pobre puso una cara de pena que no veas, pero no dijo nada. Y mientras, yo buscando alguien que regalara dos gatitas.

Sí, dos. Siempre que he tenido animales he pensado "Tenía que haber cogido dos". Total, una vez que los tienes, te da igual uno que dos y, de ese modo, no se quedan tan solos en casa. Y gatitas porque sí, porque prefiero hembras, que suelen ser, en casi todas la razas, mucho más listas y tranquilotas.

Así que sin decirle nada a mi novia, me puse a buscar por internet alguien que regalara un par de gatas.

Así llegué a dos organizaciones: G.A.T.A. y Madrid Felina.

Me puse en contacto con ellos y desde Madrid Felina me dieron la dirección de unos cachorrilos (tres) que tenían en acogida. Podéis verlos aquí: Foro de Madrid Felina

Éstas son algunas de las fotos de la persona que las tenía en acogida:





























































































Ya no quedaba nada más que ir a verlos... Pero antes, tocaba contárselo a Rocío, mi novia. Además de que tener animalillos es un decisión muy importante, quería que ella eligiera a los gatitos.

Nos fuimos hasta tres cantos a casa de María, para verlos. A Rocío le gustaban más los atigrados, a mí los blancos. Pues las dos hembras son negra y blanca y negra. Naturalmente, es verlos y se nos olvida lo de los colores. Amor a primera vista.

Susana, de Madrid felina, nos dice los pasos a seguir. Tienen que ir al veterinario, pasar la prueba de leucemia e inmunodeficiencia y, si están bien, el viernes mismo nos los llevamos.

Aunque... Hay un pero... Si nos llevamos las dos hembras, el macho se queda solito. Nos piden si podemos cogerlo en acogida, hasta que salgan alguien que lo quiera. Nos da tanta penita que... Bueno, venga, que nos llevamos los tres.

Y ahora... a esperar al viernes.